Salíamos del primer turno y caminábamos por una calle solitaria buscando algo para comer; la llevaba de la mano, guiándola... aunque no podía quitarle los ojos de encima.
En nuestra próxima escapada deberíamos llevar algo de comer
¡Estaría bien! Tengo antojo de unas alitas (¡Esta mujer es oro!)
¡Si! Y, podríamos llevar algo para ver
¿Para ver? preguntó curiosa
¡Si! Como una película o algo
¿Como... qué?
Pues, puedo poner una película desde mi teléfono... pero, me detuve a media idea al recordar ¡En el de Tlalpan no se puede!
En el que está por Periférico si dijo Ah y, en el de Tláhuac... y, se detuvo al darse cuenta de que estaba dando información de más. Recordando que no era conmigo con quien había ido a esos hoteles Bueno...
La atraje hacía mí y la besé vehementemente.
¿Qué tengo que hacer, mujer? ¿Cogerte en cada hotel en el que has estado?
Y, estalló en risas.