Estaba pensando en ti.
En tu voluptuoso cuerpo. En tu mirada lasciva y tu olor a hembra, en el ardor de tus entrañas. Recordando los obscenos sonidos que haces mientras te poseo.
Pensando en tu sonrisa al sentirte satisfecha, amada... Y, deseosa de más.
Mía, publiqué.
Un par de horas después llegó su mensaje.
¿Tuya?
Encendí el micrófono y grabé un mensaje de voz.
Solo le tomó un minuto oírlo y contestar
TUYA