Había llegado la hora de decirnos adiós por el momento, nos despedimos y te acercaste para darme un beso en la mejilla. Como aquella vez que teníamos tan poco de conocernos... la recuerdas?
La química saltó al rozarnos las mejillas, al sentir nuestro aroma y sabernos tan cerca, que dejamos la sensatez y comenzamos a besarnos.
Me llevaste al interior de mi habitación; ya todos dormían, así que nadie notó nuestra ausencia.
Me desabrochaste la blusa y con un rápido ademán mis pechos fueron liberados. Desabrochaste los botones de tu camisa, te sacaste el cinturón y bajaste la cremallera.
Estabas tan excitado que solo continue lo que los besos habían comenzado...
Lo lleve a mis labios, jugaste y lo paseaste por mi senos visiblemente excitados, te mamé la verga una y otra y otra vez... me sentía tan húmeda y tu cara era de placer, así que me dejé llevar.
...Darte placer me provocaba tanto placer...
En un momento, cuando mas duro te sentía, la tomaste con la mano y comenzaste a jalarla con mucha fuerza, hasta que te veniste sobre mi boca, mi cara y mi pecho, me dijiste:
-Ahora si estás contenta.. Mónica?-
Reí y dije
- Si -
Dibujaste algo sobre mis pechos, me diste un beso y yo... desperté.