8 de diciembre de 2013
Verde pistache
9 de noviembre de 2013
Rabia
13 de septiembre de 2013
16 de agosto de 2013
12 de agosto de 2013
1 de agosto de 2013
8 de junio de 2013
Deseos
Sonríes...
Y entonces estoy segura que lo sabes..
Quiero besarte.. acariciar tu pecho, abrazarte y aferrarme a tu cuello, absorber tu esencia e impregnar mis sentidos de ti. Quiero recorre con mi nariz cada parte de ti mientras tu me recorres con los dedos.
Quiero tocar cada parte de ti y trazar un mapa sobre tu piel desnuda. Quiero ser explorador en este nuevo y exótico y descubrir lo que te gusta mas...
14 de mayo de 2013
30 de abril de 2013
Regálame un baile
15 de abril de 2013
12 de abril de 2013
Hoy
Y desean ser besados por ti.
Hoy mis labios se encuentran inquietos
Recordando la vez que te sentí,,,
8 de abril de 2013
Bésame
3 de abril de 2013
Me dices...
22 de marzo de 2013
16 de marzo de 2013
12 de febrero de 2013
4 de febrero de 2013
Un regalo
Cuando salimos de la tienda rodeaste mi cuello con tus brazos y con una enorme sonrisa dijiste ¡Gracias por mi regalo! Rodeé tu cadera, atrayéndote hacía mi, corregí ...NUESTRO regalo. Dejamos de sentir el gélido clima, sólo existía la calidez y agitación de nuestros cuerpos envueltos por tu abrigo. Tu mirada se encontró con la mía y te escuché decir ¿Puedo hacerte una pregunta? Asentí, y sentí tu respiración, tan agitada como la mía, recorrer el camino hacía mi oído.
29 de enero de 2013
Tócame
27 de enero de 2013
Juntas de trabajo
El día había ido de aquí a allá, juntas conferencias, pendientes por atender que parecían interminables. Era viernes y ya todos se habían ido, pero aun teníamos algunos detalles por atender ya que la semana que se avecinaba venía llena de retos.
Tomé mi lap y me dirigí a su oficina, mientras caminaba por el lugar me percaté de las pocas luces encendidas en el lugar, claro! era viernes y todos se habían marchado.
Hice una pequeña escala en los sanitarios para retocar mi gloss. Esta reunión era por demás informal, pero siempre había existido esa coquetería entre nosotros.
Creo que en realidad fue un crush desde el primer momento en que nos vimos, pero entre nuestras agendas apretadas y los compromisos previamente establecidos nunca fue sencillo.
Por primera vez en mucho tiempo nos encontraríamos en una reunión sólos, asi que alise mi falda, me acomodé el escote y segura de mi caminé a su encuentro.
Él me saludó con una sonrisa nerviosa y un apretón de manos, me invitó a pasar mientras sus ojos decían mas.
Su escritorio era un caos, había estado revisando unos informes y no había ni donde acomodar mis cosas.
Con la sonrisa mas pícara y la mirada mas sexy me dijo "con o sin desorden" me rei y dije "sin desorden por favor"... Se inclinó un poco, solo para ver ligeramente mi escote y arrojó todos los papeles de su escritorio, me tomó por el cuello y me acercó hacia él con un gran y prolongado húmedo beso.
Desabrocho mi blusa con una habilidad que desconocía que tenía y acarició mis senos ferozmente, mis labios le correspondieron mientras mis dedos buscaron su camisa.
Nuestras manos jugaban, iban de un lado a otro, las caricias se volvían mas y mas intensas y no parabamos de jadear.
Me arrinconó contra su escritorio y me sentó en el. Acarició mis piernas y me tomó por los muslos mientras se posicionaba entre mis piernas. Jale su camisa y pasé mis manos por su pecho, fui bajando mis dedos hasta llegar a su caminito feliz.
Se hizo para atrás para mirarme completamente y con un aire renovado se acercó de nuevo. Me besó por el cuello y yo besé su hombro, sus dedos tomaron mis muslos como rehenes y bajó mis pantaletas con ansiedad; acarició mis nalgas para calentarlas y yo desabroché su cinturón, seguí con la inercia y jalé su pantalón, mientras que a través de su ropa interior pude ver su deseo por mi.
Al fin quedó liberado y su longitud acaricio la piel de mis muslos, siguió acercándose, me tomo por las nalgas las apretó y me jaló hacia él mientras se hundió en mi.
Todo se volvió un vayven de emociones, sensaciones, orgasmos y erecciones, nos volvimos uno y el tiempo se detuvo, el único ruido existente era el de nuestros cuerpos moviéndose al compás del placer.
Comenzamos a sudar pero ninguno quería dejarse ir, deseábamos prolongar ese placer lo mas que pudiéramos, dijo mi nombre, ese que siempre había usado para mi y solo en sus fantasías, mientras yo le correspondía.
Me sonrojé por el ademán de el quitando los papeles de su escritorio y me sacó de mi ensoñación cuando dijo "sin desorden? Bien, entonces será en la sala de juntas".