6 de octubre de 2012

La persecusión

Desde hace un par de años soy seguidor entusiasta de Agent Provocateur

...y siguen sin decepcionarme
;)

Pronto

Hablaba trataba realmente poner atención pero entre más hablaba más me distraía..

No se, pero creo que era su mirada, su sonrisa.. La forma en que sus ojos brillan... La pasión...

La comunicación fluye, va viene y algo dice, yo contesto y se sonroja.. Oh por Dios! Se ha vuelto una sirena con mejillas sonrosadas, lo veo y sólo pienso en sus labios, en sus manos, en despojar su cuerpo de las ropas que trae.

Me descubre un momento distraída y yo no se que decir... Por un momento intentó ocultar mis faltas, pero siento que cuando me mira puede leerme... Es como si me desnudara y viera en mis ojos toda la lujuria que me provoca y en defensa, desvío la mirada...

Lo veo y me pongo tan caliente.. Pero es muy pronto.. Es demasiado pronto para hacer o decir cualquier cosa..

Si.. Tendré que comportarme hasta que... Hasta que el tiempo lo indique..

Me gustas megalómano.. Me gustas y no sabes todas las cosas sucias que pienso cuando te veo.. Desde dominarte hasta dejar que me domines.

Si.. Sólo en fantasía me he estado viniendo, pero que rica sensación..

3 de octubre de 2012

Más

Quiero que veas...

Entrecerró la cortina y se sentó nuevamente en la cama, iluminada en la penumbra, se reclinó apoyándose sobre una mano mientras con la otra comenzó a zafar los botones de su largo abrigo negro. Los fue botando uno a uno mientras yo contenía mi respiración y me dejaba embriagar por el ansia de verla despojada de su primer prenda.Ver su cuello desnudo, al descubrirse sus hombros… sentí un mareo cuando deslizó su abrigo por su espalda y quedó expuesta su fina figura moldeada por un sexy corsé morado adornado con listones negros y magenta... Eso no me lo esperaba.

Se deshizo de los últimos botones que aún cubrían sus piernas hasta las rodillas y dejó que la prenda reposara sobre la cama. Parecía satisfecha con mi reacción y ella misma también se veía agitada.

Ya no pude esperar más.

Tomando su mano, la insté a levantarse, la giré de espaldas a mi y la cubrí con mis brazos, buscando acoplarme a su cuerpo. Inhalé, llenándome con el nuevo aroma, recorriendo su cuello y acariciando su cabello. Recorrí sus hombros, su espalda... y besé donde, hacía poco, habían estado jugando mis dedos.

Mis manos buscaron sus caderas y siguieron el camino de sus piernas recorriéndolas, apretándolas. Y haciendo el máximo contacto sobre su falda, las entrelacé sobre su vientre. Dio un respingo hacía atrás que aproveché para eliminar la poca distancia que aún existía entre nuestros cuerpos. Giró su rostro buscando mi mirada y ya sin restricciones, sin inhibiciones... Nos besamos.

2 de octubre de 2012

Primera vez

Ella fue la primera en entrar a la habitación, en ir a las grandes ventanas de vidrio granulado, correr las cortinas haciendo luz y oscuridad en el cuarto. En revisar la mesa del tocador con sus vasos, el menú, el cenicero... Pero se detuvo al tomar la envoltura plástica. Creo que fue en ese momento cuando la realidad le llegó de golpe. El cómo habíamos llegado hasta ahí, el porque...

Me acerqué a Ella y mirando su reflejo le dije El que estés aquí... Pero deslizó su mano por mi rostro y calló mis labios con sus dedos en un gesto tan dulce que me sorprendió. Negó con la cabeza No digas nada y tenía razón, si ambos estábamos ahí, era porque así lo deseábamos.

Me apartó con su mano y con una seña de su dedo me indicó quedarme ahí, recargado en el mueble. Ella se sentó en la orilla de la cama y puso su mochila a su lado, metió la mano. Lo primero que me mostró fue el antifaz de plumas moradas y negras, sonreí al verlo. Una máscara, después de todo, te permitía hacer o decir cosas que de otra manera no podrías.

Se volvió y me miró. Intentó decir algo que se quedó en sus labios y su rostro enrojeció. Respiró profundo y volvió a intentarlo, tomó un paquete y me lo extendió ¡Quiero que me cuides! Me sonrojé aún más que ella al recibir la caja pero sonreí al pensar que esa era la intención, por lo que durara... Cuidar uno del otro.

Se colocó el antifaz y su mirada cambió, sobra decir que también mi forma de verla. Ya no era esa chiquilla conocida, ni la amiga de años...

Era una promesa.