14 de agosto de 2015

Elevador

Todo vestigio de la recepcionista desapareció tras el espejo translucido y, guiándote con la misma mano que llevaba la llave de la habitación, llamé al ascensor.

Segundo piso te dije y sonreíste mientras las puertas se abrían.

No había necesidad pero, asegurándote de que nadie más pudiera escucharte, dijiste a mi oído ¿Sabes que, por ser la primera vez... debes ser delicado conmigo, verdad? Te atraje a mi, juntando tu cuerpo con el mío, restregando mi bulto entre tus piernas, y con mi mano libre apreté el botón marcado con el número dos.

Me acerqué hasta tu oído y susurré Lo que te voy a hacer... no tiene nada que ver con lo "delicado".

Y las puertas del ascensor se cerraron tras de nosotros.